Tel Aviv acoge, con gran éxito de público, su primer Festival Gastronómico Peruano, que organiza la Embajada de Perú en el hotel Sheraton y que ha tenido que superar las dificultades de elaborar un menú totalmente kosher (que cumpla los preceptos del judaísmo).
El festival está siendo visitado por decenas de peruanos judíos que en las últimas décadas emigraron a Israel, israelíes que han viajado a Perú y aprecian su gastronomía, y por turistas y locales atraídos por probar estos alimentos en un país que, de momento, no cuenta con ningún restaurante peruano.
Gustavo Otero, embajador de Perú en Tel Aviv, resalta que la organización del festival (que se celebra entre el 15 y el 24 de agosto) ha sido un complicada “por el rigor especial del país en cuanto a las comidas, la distancia geográfica y la ausencia de ingredientes”.
El gran éxito, para él, es que se ha demostrado que “puede hacerse comida peruana respetando los principios kosher”, las estrictas normas de la alimentación judía.
El más complicado: no mezclar lácteos con carne, lo que ha obligado a cocinar sin emplear queso, leche, nata o mantequilla.
Esto ha obligado a eliminar platos como la Papa a la Huancaina, Chupe de Pescado, Ají de Gallina y, sobre todo, muchos postres, como el Suspiro Limeño.
“Ha sido un reto no utilizar leche o mantequilla, que realzan la comida y otro problema es que no podíamos usar productos de Perú como el ají amarillo o el rocoto…que nos identifican y tienen el sabor peruano. Pero nos hemos adaptado y la respuesta del público ha sido buena”, dijo a Efe Hans Balvin, a los mandos de la cocina junto con Pietro Ricse, ambos cocineros del Sheraton en Lima.
Entre los factores a favor: que el país cuenta con mucho pescado fresco de calidad.
“Ofrecemos los platos más representantivos que tiene el Perú. El ceviche, que es lo más solicitado y elaboramos con lenguado, la causa, rellena de salmón ahumado y aguacate. Tenemos también anticucho y tiradito rocoto, pato, uno de los más pedidos, lomo saltado y escabeche de pescado, que también ha tenido buena aceptación”, asegura.
“Hemos tratado de ofrecer platos de las tres regiones: la costa, la selva y la sierra”, explica Otero, que cuenta que ya en época de los incas había en el Perú un gran consumo de pescado e incluso un sistema de postas para trasladarlo a Cuzco.
“Las inmigraciones ayudaron a conformar la comida peruana, que tiene su origen en los pueblos prehispánicos. Del aporte de los esclavos aún perdura, por ejemplo, la sazón del anticucho. Luego vinieron los chinos con el ferrocarril y los japoneses con proyectos agrícolas y todo fue fusionándose con los elementos propios del Perú, de donde proceden originariamente la papa y la quinoa”, explica.
El festival comenzó celebrando solo cenas pero gracias a la afluencia de público al segundo día se amplió también a almuerzos.
“Por la acogida que ha habido creo que habrá nuevos y mejores festivales gastronómicos”, señaló el diplomático, que se mostró esperanzado de que algún empresario abra en Israel pronto un restaurante de comida peruana, “única por la mezcla de influencias, la cantidad de ingredientes que proporciona tener todos los microclimas del mundo y el sentimiento que se le pone a la cocina en la elaboración”, aseguró.
Fuente: EFE