Un equipo de neurocientíficos en Portugal ha descubierto las causas del porqué nuestra percepción del tiempo varía dependiendo de las circunstancias. Por ejemplo, la sensación de que el tiempo ‘vuela’ cuando nos divertimos y aparentemente se ralentiza cuando nos aburrimos.

La investigación, llevada a cabo por el Centro de Investigación de lo Desconocido de la Fundación Champalimaud, en Lisboa, y publicada en la revista Science, permitió localizar unos circuitos neuronales en el mesencéfalo implicadas en el juicio del tiempo transcurrido usando varios ratones entrenados durante meses para estimar la duración de un intervalo entre dos sonidos.

El papel de la dopamina

Así, los ratones presionaban con su hocico contra dos paneles distintos dependiendo de si consideraban que un tono era más largo o más corto. Al mismo tiempo, con una técnica de fotometría se medía la actividad de sus neuronas dopaminérgicas, cuyo neurotransmisor es la dopamina, que regula la atención y emociones como el miedo o la sensación de felicidad.

Estas neuronas se encuentran localizadas en la sustancia negra del cerebro, cuyo deterioro está asociado a la enfermedad de Parkinson y al alzhéimer, que provocan alteraciones espacio-temporales.

El paso del tiempo y la actividad cerebral

El experimento demostró que al disminuir la actividad de dichas neuronas mediante técnicas farmacogenéticas, se aceleraba la estimación del tiempo en los roedores mientras que al incrementarla, usando luz, ocurría lo contrario y tendía a subestimarse. “La actividad de estas neuronas era suficiente para alterar la forma en que los animales juzgaron el paso del tiempo”, explica Joshep J. Paton, coautor del estudio.

Respecto al significado del hallazgo en humanos, Paton asegura que es muy probable que exista un circuito similar en nuestros cerebros. Sin embargo, es difícil confirmarlo porque en los animales se logró evaluar su comportamiento, pero no su percepción real de lo sucedido, ya que no pueden expresar lo que sienten.

El paso del tiempo y la actividad cerebral

El experimento demostró que al disminuir la actividad de dichas neuronas mediante técnicas farmacogenéticas, se aceleraba la estimación del tiempo en los roedores mientras que al incrementarla, usando luz, ocurría lo contrario y tendía a subestimarse. “La actividad de estas neuronas era suficiente para alterar la forma en que los animales juzgaron el paso del tiempo”, explica Joshep J. Paton, coautor del estudio.

Respecto al significado del hallazgo en humanos, Paton asegura que es muy probable que exista un circuito similar en nuestros cerebros. Sin embargo, es difícil confirmarlo porque en los animales se logró evaluar su comportamiento, pero no su percepción real de lo sucedido, ya que no pueden expresar lo que sienten.

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