De acuerdo con un estudio realizado por investigadores del American College of Sports Medicine en Gran Bretaña, reveló que las personas que están sometidas a un tratamiento contra el cáncer, deben practicar entre dos a dos horas y media de ejercicio a la semana, para optimizar su calidad de vida.
El estudio titulado: A moverse más, afirma que de los dos millones de sobrevivientes de cáncer, en el Reino Unido, cerca de 1 millón 600 mil no están lo suficientemente activos.
La recomendación es que los pacientes adultos y los sobrevivientes de este padecimiento realicen 150 minutos de actividad física, de moderada intensidad a la semana, debido a que el ejercicio es seguro durante y después de la mayoría de los tipos de tratamiento de cáncer.
La información publicada en el New York Times, aclara que estar activos ayuda a superar las secuelas de esta enfermedad, como cansancio, pérdida de apetito, estrés, depresión, ansiedad, coágulos sanguíneos y pérdida de densidad ósea.
Durante el tratamiento, el nuevo decálogo prescribe evitar los largos periodos de tiempo que uno descansa y aclara que la actividad física, aunque sea mínima, es mucho mejor que nada.