“Es mejor que yo”, “la naturaleza le doto de mayores capacidades”, “tiene buena suerte”, “por más que me esfuerce jamás la alcanzare en éxitos”. La comparación es una acción que solo consigue desvalorar el trabajo y la capacidad de la persona que la lleva acabo, al mismo tiempo que ocasiona un profundo sentimiento de frustración, ira y tristeza.

¿Por qué te comparas con otros? El origen de las comparaciones es la envidia. Este sentimiento dura mucho más que una emoción y se sostiene debido a la comparación que la persona hace entre su ser, su tener o su hacer con el ser, el tener o el hacer de otra persona; por lo general se da entre pares”.

Por ello existen estrategias que te pueden ayudar a evitar las comparaciones y alcanzar tu felicidad:

1. Fortalece tu autoestima o autoconfianza alimentándola con pensamientos positivos.

2. Realiza actividades que te conecten y te ayuden a desarrollar tus capacidades: leer, cantar, bailar, ejercicio o pintar.

3. Compárate solo contigo mismo, mejora tu propia versión cada vez que puedas.

4. Aprende de quien ya es como a ti te gustaría ser. No compitas, colabora y aúna fuerzas. Cuando veas a alguien que está donde a ti te gustaría estar, en vez de sentir envidia, y tener pensamientos negativos del tipo: “Alguna trampa habrá hecho”, pregúntale cómo lo logró. Sentir envidia es algo natural y humano, no lo condenes, lo malo es cuando esa envidia la transformamos en odio.

5. Cuida tu cuerpo y mente.

Una autoestima alta puede servir como protector contra enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.