Si bien es cierto, un refigerador mantiene fresco y ventilado a una variedad de alimentos, también puede ocasionar en otro grupo su deterioro. A continuación, te mostramos que alimentos pueden sufrir alteraciones si son refrigerados.

Tomates

Los tomates pierden todo su sabor en la nevera. El aire frío hace que se frene el proceso de maduración, que es lo que les hace tan sabrosos.

Papas

Guardar una papa a baja temperatura hace que el almidón se convierta en azúcares por lo que se convertirá en una patata dulzona y harinosa.

Pan

El pan en la nevera se seca y se pone duro rápidamente. Es preferible guardarlo en una bolsa de tela para evitar que se ponga duro, como en la bolsa de papel, o correoso como el chicle, en la bolsa de plástico.

Palta

Si hemos comprado paltas maduras y no queremos usarlas todavía, no hay que meterlos en la nevera para “que aguanten más” sino dejarlo en un lugar fresco y con poca luz porque si al meterlo en la nevera se pondrá completamente negro y duro como una piedra.

Café

El café pierde todo su sabor dentro de la nevera y, además, cogerá todos los olores del resto de alimentos que tengamos dentro. Expertos en café insisten en que el café debe guardarse en sitios frescos y oscuros para que guarde su aroma, su sabor y su frescura ya que la luz, el aire y el calor son “los principales enemigos del café”.

Miel

Una baja actividad de agua, una gran concentración de azúcares (osmolaridad) un PH entre 3,5 y 4,5 y la presencia de peróxido de hidrógeno (comúnmente conocida como agua oxigenada) con efectos antimicrobianos y otras sustancias con propiedades antimicrobianas hacen que la miel no se ponga mala fácilmente mientras esté en un recipiente bien cerrado.

Aceite de Oliva

El aceite de oliva hay que dejarlo en su envase en un lugar fresco y alejado de la luz o en envases que lo protejan de la luz pero nunca meterlo en la nevera ya que el frío hace que se condense rápidamente, se endurezca formando una pasta parecida a la mantequilla y, por supuesto, se altere su sabor.

Cebollas

La humedad de la nevera hace que las cebollas se reblandezcan y se pongan mohosas rápidamente, además empiezan a germinar pequeños brotes. Para evitar que se pudran tan pronto hay que guardarlas en un lugar fresco y seco… ¡y separadas de las patatas! Si se guardan juntas se pudrirán antes porque al almacenarlas juntas emiten un gas que provoca que ambas se echen a perder.

Albahaca

La albahaca se marchitará rápidamente en la nevera y, además, absorberá todos los olores del resto de alimentos que haya a su alrededor. Es mejor guardarla fuera, en un vaso con agua fresca, como si fuera flores recién cortadas.

Ajos

Al meter los ajos en la nevera, empezarán a brotar pequeños tallos y se pondrán correosos y mohosos. Para evitar esto y conseguir que los ajos se mantengan frescos, lo más recomendable es guardarlos en una bolsa de tela en un lugar fresco y seco.

Frutas tropicales

Las bajas temperaturas anulan las enzimas que permiten madurar a las frutas tropicales como la piña, el plátano o la papaya, a las que el frío hace que su pulpa se vuelva pastosa o su piel se ponga negro.

Chocolate

Uno de los alimentos que más duda nos puede generar sobre la idoneidad de meterlo o no en la nevera es el chocolate… por aquello de que se pueda derretir. Sin embargo los expertos lo tienen muy claro, el chocolate no hay que meterlo en la nevera salvo que contenga un relleno lácteo o haga mucho calor.

Fuente: ABC.es