Si tu objetivo es de forma saludable, uno de los peores errores que puedes cometer es subirte a la balanza todas las mañanas. Y es que hacerlo solo te traerá frustración y desconcierto. Esto lo decimos porque muchas veces la balanza no suele reflejar el esfuerzo logrado durante la semana.

1.- Piensas que engordaste durante la noche

La balanza puede jugar contigo y decirte que engordaste durante la noche, pero es muy improbable que ganes peso en poco tiempo. Esos gramos demás que tienes en las mañanas es porque aún no visitas al baño. Si te vas a pesar que después de hacer tus necesidades fisiológicas.

2.- Los ejercicios y dietas no funcionan

La actividad física ayuda no solo a que se pierda grasa sino que también aumente tu masa muscular. El músculo pesa mucho más que la grasa, pero ocupa menos espacio en tu cuerpo. Por ello, si practicas ejercicios regularmente pero ves que tu peso no disminuye puede que estés ganando musculatura, lo que se interpreta como bueno porque estás tonificando tus músculos.

3.- Tu peso es el número que ves

Debes saber que cuando subes a una balanza solo estás viendo el peso de ese momento, es decir, quizá tenías mucha ropa puesta, acababas de desayunar o no habías ido al baño. Otro factor que también te puede dar una señal equivocada de tu peso, es cuando la mujer está menstruando o tomando medicamentos.

4.- Eres muy pesado o liviano

El índice de masa corporal (IMC) que se asocia con la masa de tu cuerpo con tu talla, puede ser un indicador impreciso. Los especialistas indican que lo normal para el índice es que sea entre 18.5 y 25, tener más de esos número se considera sobrepeso. Pero muchas veces la cifra que arroja se toma a la ligera sin incluir los valores como la cifra real del músculo. Por ello, no debes dejar que tu IMC te desanime en tus objetivos, hay que tomarlo solo como una referencia.

Te puede interesar