Conocido como Fuego de hielo, debido a que a temperatura ambiente el cristal emite un calor intenso, su nombre real es hidrato de metano, una forma cristalina de gas natural encontrada en una capa subterránea congelada del Ártico y en el fondo de los océanos. Pues ahora, un grupo de científicos ha descubierto en las paredes de los cráteres siberianos este material combustible del cual se extrae gas metano, lo que podría constituir un elemento clave en el futuro de la energía gasística rusa.

Países como Japón, Canadá y los Estados Unidos han gastado millones de dólares en proyectos de investigación para descubrir y utilizar las reservas mundiales de hidrato de metano, sobre todo teniendo en cuenta que las reservas de petróleo y carbón están en claro descenso. Pero ahora el descubrimiento del compuesto dentro de los cráteres de Siberia podría dar a Rusia la delantera en la carrera por dominar el mercado durante el próximo siglo, según relata en su edición digital de The Siberian Times.

Un grupo de científicos de Novosibirsk han realizado una expedición, promovida por el gigante energético Gazprom, para estudiar las fosas halladas recientemente en la zona de la Península de Yamal. Tras analizar los cráteres han descubierto en sus paredes altos niveles de este combustible fósil en el permafrost, capa de superficie permanentemente helada, del que se pueden extraer grandes cantidades de gas metano. Afirman, además, que en las mismas fosas podría haber un millón de veces más de hidrato de metano que en el gas común.

“El hidrato de metano puede ser una fuente de energía alternativa potencial en el momento en el que se agote el gas tradicional”, afirma Igor Yeltsov, subdirector del Instituto Trofirmuk de Petróleo, Gas, Geología y Geofísica.

Un número de extraños cráteres ha aparecido en Siberia durante los últimos años. El primero fue hallado en 2013 por el piloto de un helicóptero a 32 kilómetros de una planta de extracción de gas en Bovanenkovo. El segundo fue descubierto en la misma región del permafrost, en el norte de Rusia, y el tercero en la Península de Taymyr, al este, en la región de Kransoyark. Su aparición ha desconcertado a los científicos, que han llevado a cabo extensas pruebas incluyendo la toma de sondas de hielo, el muestreo de los niveles de gases y el análisis de las paredes del cráter.

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