Henri Louis Grin, era un suizo con ganas de protagonismo desde que nació, trató de ser famoso desde los 17 años, cuando dejó su casa familiar para dedicarse a la aventura. Se casó con Eliza Jane Ravenscrof en 1882 y cambió su apellido Grin por el de Grien. Trabajó de camarero, lavaplatos, vendedor inmobiliario y principalmente de fotógrafo. Tuvo 7 hijos.

Y así fue, después de innumerables trabajos, todos con el mismo final, sin éxito; Henri abandona a su familia, y se encamina a Nueva Zelanda y después llega a Inglaterra en marzo de 1898. Allí cambio de nombre, comenzando a utilizar el pseudónimo Louis de Rougemont para publicar sus aventuras en el diario británico The Wide World Magazine.

En 1898, ya como Louis de Rougemont, convenció al mundo de que tras haber naufragado en las costas de Australia, había participado en festines de caníbales, se había construido una casa con conchas perlíferas, había mandado mensajes en seis lenguas utilizando pelícanos, y había cabalgado sobre tortugas de 270 kilos de peso. También contaba que se había curado de una fiebre durmiendo dentro de un búfalo muerto.

Las sociedades científicas, asombradas ante todo aquello, invitaron a Rougemont a pronunciar conferencias sobre su aventura antropológica. Rougemont aprovechó el furor de la fama y publicó un libro que causó sensación bajo el título “Treinta años entre los caníbales de Australia”.

Pero aquello no duró siempre y su farsa fue descubierta. La esposa de Henri Louis Grien, Eliza, a la que había abandonado con sus 7 hijos años antes, lo había reconocido al leer un artículo de la revista Wide World que lo habían titulado: Grien on Rougemont; or, the Story of a Modern Robinson Crusoe (London, 1898), donde se hacía una descripción de Louis de Rougemont.

Para Louis no fue impedimento alguno para seguir con su ‘trabajo’, cambio de continente viajando a África del Sur donde siguió con sus conferencias. Eso sí, ahora se anunciaba como el mayor mentiroso del mundo. Finalmente murió en 1921, bajo la identidad de Louis Redman.