Para asegurar que el bebé desde sus primeros días de nacido obtenga a través de la leche materna todos los beneficios del Omega 3, es indispensable que la madre incremente el consumo de pescados azules durante los tres últimos meses de gestación, informó D’Janira Paucar, nutricionista del Programa Nacional “A Comer Pescado” del Ministerio de la Producción.
“Lo recomendable es que la madre consuma pescado como mínimo tres veces por semana durante el embarazo para lograr un mejor desarrollo cerebral y físico del bebé, pero también es importante que desde que empieza la lactancia la madre continúe consumiendo alimentos ricos en Omega 3, como caballa, bonito, jurel y anchoveta”, explicó la especialista.
Diversos estudios demuestran que los ácidos grasos Omega 3 del pescado, por contener EPA y el DHA, refuerzan el sistema inmunológico de los niños, previniendo que contraigan enfermedades como la neumonía, el asma o la bronquitis.
Asimismo, atenúa los cuadros de alergia en las vías respiratorias y contribuye a disminuir los procesos inflamatorios que suelen presentarse como parte de estas enfermedades.
Paucar indicó también que es importante la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, etapa en la que la madre deberá seguir una dieta balanceada que incluya además del pescado, verduras, frutas y carbohidratos en cantidades adecuadas para transmitirle todos los nutrientes necesarios a su bebé.
Depresión postparto
El Omega 3 de los pescados azules también contribuye a prevenir la depresión postparto, debido a que este ácido graso junto a algunos aminoácidos como el triptófano (contenido también en el pescado) permite la sintetización de serotonina, un neurotransmisor cerebral que define el estado de ánimo de una persona.
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