La detección temprana sobre la causa de la disminución o detención de la velocidad del crecimiento permite evitar la talla baja, haciendo de esto un control en el niño que se puede realizar periódicamente a fin de recibir el tratamiento oportuno, según refiere la Dra. María Elena Calderón, endocrinóloga pediatra de la Clínica El Golf.

El proceso de crecimiento es un fenómeno complejo en el que intervienen varios factores entre ellos: los genéticos, nutricionales, afectivos y ambientales; precisó la doctora.

La especialista añadió que la alteración de cualquiera de sus causas como: no consumir alimentos ricos en proteínas (carne, huevo, leche), no dormir las horas necesarias (ya que esto hace que haya una menor secreción de la hormona de crecimiento que es vital para crecer), la predisposición genética y algunas enfermedades como la falta total o parcial de la hormona de crecimiento en las que la alteración del crecimiento, puede ser la primera manifestación que afecta este proceso. Dependiendo de la causa de la talla baja se intervendrá para recuperar y promover el crecimiento hasta que el niño alcance su madurez esquelética.

En niños con deficiencia de hormona de crecimiento el tratamiento consiste en la aplicación diaria de esta hormona con lo cual dependiendo de la edad en que se inicie el tratamiento, pueden llegar a crecer entre 15 y 40 centímetros. “En los niños que inician tratamiento con hormona de crecimiento la ganancia de talla es máxima en los primeros meses de tratamiento, llegando inclusive a tener velocidades de crecimiento mayores a lo esperado, lo cual se conoce como estirón de recuperación”, indicó la especialista.

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