Es por esta razón que te presento con algunas estrategias básicas para que puedas manejar, resolver y aprender de estos.

1. Nunca discutas enojada, si puedes controlar el sentimiento que ocasiona el enojo es probable que ganes la batalla. Recuerda que el que se enoja pierde. Tranquilízate, aléjate unos minutos de la situación y piensa realmente que quieres lograr.

2. No ataques directamente a la persona, dirígete siempre al problema o la situación que quieres resolver. Es conveniente buscar una conversación ligera y positiva antes de discutir lo que provoca tensión.

3. Quita la culpa, la justificación y los chantajes. Es conveniente hablar de tus sentimientos sin ser agresiva o hiriente.

4. Recuerda que no estás peleando ni buscando que te entiendan, lo único que es importante es, entender y solucionar el conflicto, no explicar tu posición.

5. No hay ganadores ni perdedores, solo hay consecuencias positivas o negativas, busca la mejor solución para todos.

6. Encuentra los puntos de interés y conveniencia común, no te enfoques en aéreas de oposición o temas delicados.

7. Habla de ti, jamás pienses tomes conclusiones o pienses por los demás. Lo peor es asumir que conoces el pensamiento de otros.

8. Escucha sin interrumpir, pide una retroalimentación, aclara y pregunta hasta que te quede claro el tema.

9. Resolver o satisfacer las necesidades de solo una persona no quiere decir que solucionaste el problema, solo lo estas prolongando.

10. Olvida el pasado, no pienses en el hubiera, solo concéntrate en el presente y en solucionar el problema efectivamente.

Lo más importante cuando quieras resolver un conflicto es pensar en la fuerza y el poder que te da la unión, de nada te sirve tener poder sobre los demás, si finalmente lo único que tienes es problemas y relaciones resentidas.