La sandía es una fruta deliciosa y saludable, además de ayudar a la elasticidad de las arterias, entre otros beneficios. Sin embargo, muchos cometen un gran error al comer esta fruta, debido a que le quitan las semillas.
La mayoría de personas desconoce que las semillas de la sandía tienen una importante fuente de fibra, minerales, proteínas y grasas en su dieta habitual.
“El componente principal de la cáscara de las pepitas de sandía es la fibra, y la semilla que hay en su interior destaca por su riqueza en nutrientes”, afirma Cristina Lafuente Gómez, dietista y nutricionista.
Asimismo, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, señala que las semillas de la sandía constituyen una fuente importante de minerales como el magnesio, ya que, una taza (108 gramos) contiene 556 miligramos de este mineral.
Sin embargo, no se debe exceder de un puñado a la semana, ya que dificulta su digestión. También el consumo de semillas de sandía sin tratar puede generar molestias gástricas. Por ello, se recomienda ingerir estas pepitas en poca cantidad o ingerirlas después de haberlas secado en el horno.
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