El uso del refrigerador es indispensable para mantener los alimentos en óptimas condiciones y conservar sus propiedades al momento de consumirlos, pero ¿sabías que no solo basta con guardar la comida en él para garantizar su buena conservación?
Muchas veces almacenamos los alimentos en el refrigerador sólo teniendo en cuenta cómo se acomodan mejor. Incluso, cuando no hay suficiente espacio, solemos ponerlos sin considerar algunos criterios básicos para evitar que se contaminen y así prevenir enfermedades.
“La refrigeradora se ha diseñado para que cada parte tenga una función que permite una adecuada distribución y no sólo para la óptima conservación de los alimentos, sino también para garantizar un correcto funcionamiento del electrodoméstico. Es importante mantenerlo limpio, revisar los alimentos al menos una vez por semana, botar los que se hayan podido malograr y estar pendiente de la fecha de caducidad de cada alimento””, comentó Carol Gonzales, gerente de Línea Blanca de Electrolux.
Para que no tengas problemas con tus alimentos te presentamos algunos tips a tener en cuenta:
1. Para saber cómo ubicar los alimentos de manera correcta se debe tener en cuenta su frecuencia de uso y la temperatura de cada uno de los niveles del refrigerador. De esta manera, los alimentos que recién compramos, deben ir en la parte más visible del refrigerador y las proteínas donde la temperatura es más baja.
2. La parte superior es ideal para poner los lácteos, yogur y lo que se usa en el desayuno. En la parte media se deben ubicar los alimentos listos para comer, como los guisos, carnes cocidas, preparados o frascos ya abiertos. Los alimentos perecederos como la carne, el pollo y pescado deben situarse en la parte inferior para evitar la contaminación con otros alimentos.
3. En los compartimientos laterales que se encuentran en la puerta del refrigerador, se deben poner los huevos, bebidas y salsas. Las frutas y verduras se deben ubicar en los cajones de la parte inferior sin bolsas.
4. Debemos evitar sobrecargar el refrigerador. No colocar demasiados alimentos para que el frío en su interior circule de manera correcta.
5. No derramar líquidos. Limpiar de inmediato cuando se derrame algún tipo de jugo para evitar el crecimiento de bacterias y prevenir que otros alimentos se contaminen.
6. No dejar destapados los alimentos. Conservarlos en recipientes o contenedores cerrados.
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