El insomnio es un trastorno del sueño y que generalmente se considera que sólo involucra la dificultad para dormir. Sin embargo, también abarca el despertarse frecuentemente durante la noche y muy temprano por la mañana.

Los factores desencadenantes del insomnio pueden ir desde la toma de ciertos medicamentos que generan estado de alerta (anfetaminas, simpaticomiméticos, cafeína, etc.), hasta causas relacionadas con estrés, exceso de alimentación nocturna, abuso de sedantes, cambios de meridianos, ataques de pánico, trastornos de ansiedad generalizada y depresión.

Para paliar este problema, habitualmente se recurre a medicamentos que producen tolerancia y dependencia, requiriéndose mayores dosis con el correr del tiempo para poder cumplir con el efecto, generando un mayor perjuicio, se le adicionan otros fármacos hipnóticos, que constituyen los llamados “cócteles hipnóticos”.

A diferencia de los anteriores, las opciones naturales contra el insomnio no generan adicción ni dependencia. Tampoco alteran los reflejos, no provocan embotamiento matinal, no alteran la función hepática, y el paciente puede interrumpirlos cuando lo desee.

Entre las alternativas naturales se hallan a la valeriana, el lúpulo, el naranjo amargo, la pasionaria y la kava.

Otras propuestas naturales están en los alimentos, por ejemplo en la lechuga, cuyo “cabito” (el tronquito más duro que precede a la hoja) es una rica fuente de diazepam natural (la droga del Valium).

Lo mismo que el estragón y los tubérculos no maduros de la papa son fuentes de delorazepam (droga ansiolítica). Asimismo, la llamada Hierba de San Juan, contiene melatonina, hormona natural que regula los ciclos alterados del sueño.

En todos los casos se trata de extractos secos de las plantas, que pueden encontrarse en presentaciones de comprimidos, grageas o cápsulas. Las dosis se deberán consensuar con el profesional tratante, de acuerdo a la severidad del cuadro del paciente.

Fuente: Infobae