Los nutricionistas saben bien que existe una relación muy estrecha entre el estrés y la pérdida o el aumento de peso. A esta inestabilidad se le conoce popularmente como los “kilos emocionales”.

Los nutricionistas sostienen que una persona que atraviesa por un cuadro de estrés agudo, podrá echar por la borda el esfuerzo de muchos días de dieta y ejercicios.

Recordemos que la tensión tiende a estimular el apetito, tanto como a suprimirlo, de pendiendo de las reacciones emocionales de cada persona.

Las personas que han atravesado una crisis nerviosa, deberán reestructurar su régimen alimenticio, considerando las descompensaciones de peso sufridas durante la etapa de inestabilidad emocional.

De igual manera, la práctica de deporte siempre resultará fundamental para desfogar la tensión y la ansiedad, en vez de hacerlo mediante la comida o el abandono personal.