Cuando nos sentimos deprimidos o no tenemos nada que hacer, buscamos qué comer y le echamos la culpa a la “ansiedad”. La ansiedad es un estado de inquietud o de cambio de ánimo que generalmente no es patológica sino que puede ser de origen emocional.

A veces la carencia o falta de algunos nutrientes puede ocasionar esta ansiedad, por ejemplo la falta de B12, Calcio y Magnesio, que son nutrientes que dan equilibrio o “calma”.

Pero también el exceso de azúcares o carbohidratos refinados o procesados, la cafeína, la teobromina (presente en el chocolate) tienden a dar sensaciones de exacerbación o de aceleración.

Los azúcares presentes en los dulces de pastelería, el famoso sándwich de media mañana o los caramelos, influenciarán es este estado dándonos picos de “sobreexcitación”, pero luego, pasado el efecto, nos sentiremos aletargados.

Por eso, si queremos comer algo a media mañana o a media tarde debe ser integral o por lo menos no tan refinada,* una fruta o las barritas energética de cereales son buenas opciones para ello.*

Debemos recordar que el mismo trabajo en sí nos da cierta dosis de estrés o ansiedad y lo mejor es que busquemos estar algo relajados para analizar mejor las cosas, tener la mente fría y afrontar los problemas laborales de la mejor manera, así no solo podremos satisfacer las expectativas de nuestro empleador o nuestros clientes sino además superarlos.

Fuente: Yácomo Casas