El aroma y sabor que ofrece una taza de ha hecho que muchos conviertan esa bebida en la ideal para despertarse por las mañanas o en algunos casos que esta sea el acompañamiento ideal para una buena conversación.

Al menos, eso lo ha demostrado , un agricultor y padre de familia que vive en una de las zonas más altas de la selva de Puno que puede jactarse de que en sus tierras se cultiva el (ganador en la feria internacional de Global Specialty Coffee EXPO Seattle 2017) y con quién conversamos sobre su historia y especialmente su secreto.

El cafetalero nos contó que todo inició hace 45 años, cuando su papá decidió empezar esta tradición familiar, la cual probablemente seguirá por muchos años. Y es que, sus hijos han demostrado que el amor por el café se lleva en la sangre, por lo que los mayores han optado por elegir carreras que los ayude a obtener más beneficios.

Al respecto, Líder Mamaní, uno de sus hijos, nos contó que se encuentra estudiando Contabilidad y Negocios Internacionales, porque sabe que con esa especialidad podrá exportar más café en un futuro y lograr que este producto sea conocido en muchos lugares alrededor del mundo.

Sin embargo, eso no es todo lo que esconde el café de Raúl Mamaní, de hecho, él tiene un secreto para que su producto sea de calidad y es el uchuñari o coati, animal que se trepa a sus plantaciones, se come los granos, los defeca y luego esas semillas son lavadas y dejadas al sol para luego ser empaquetadas, y vendidas en el extranjero por 1500 dólares aproximadamente.

Cabe destacar que para lograr que su café sea reconocido como el mejor del mundo no fue fácil, pero que gracias a su trabajo y el apoyo del Estado a través de la (Devida), el cafetalero ha logrado capacitarse y conseguir que otros agricultores de la zona se animen a hacer lo mismo y dejar de lado el cultivo de coca, algo que a la larga no les traerá muchos beneficios.