Durante su entrada en la Tierra, el satélite se romperá en unas 30 piezas grandes y algunas de ellas podrían cruzar la atmósfera.
Los trozos podrían dañar de gran manera si caen sobre algún lugar habitado debido a su ancho de 80 km por 500 km de largo.
Un satélite científico de la NASA de seis toneladas penetró en la atmósfera sobre el océano Pacífico y cayó a la Tierra, el pasado sábado.
La agencia espacial indicó que está siguiendo de cerca el trayecto del objeto. Sin embargo, desconocen el lugar exacto donde caerá.