Un estudio realizado en Los Angeles afirma el grado de indiferencia de personas a la hora de enviar frases o imágenes sexualmente sugerentes por celular, calificádolo como un acto inofesivo y común en los entornos.

Pero ello, puede tornarse un riesgo psicológico que muchos ignoran. Algunos practican el “sexting” con cierta regularidad; según investigaciones, aquella tendencia no tiene por qué ser síntoma de adicción sexual, siempre y cuando se demuestre como una practica esporádica de la propia sexualidad.

Según un informe del portal Aló Mujeres, se trata más bien de “una decisión poco inteligente, o que carece de reflexión”, pero si ello se traslada hacia una adicción, podría tornarse un riesgo para la reputación y vida personal, generando un problema emocional que necesitará de tratamiento.

El estudio pone de manifiesto un análisis de la conducta sexual de la persona descartando otros problemas mentales. Un alto porcentaje de los casos adopta un comportamiento que rehúsan reconocer como problema emocional.

El siguiente paso, a través de una terapia psicológica, es enfocar las ideas necesarias para contrarrestar el mal, calmando los impulsos y buscando los comportamientos que eliminen la actitud, pues *la necesidad de reincidir en el acto estará latente por el resto de la vida. *