“Soy una mujer soltera, en mis 20 tardíos, quien a menudo ha despreciado la idea del matrimonio y, de forma particular, las expectaciones sociales sobre la edad a la que debería casarme.”

“Soy conocida entre mis amigos por dar sermones sobre las presiones a las que nos sometemos los unos a los otros para casarnos, tener hijos y establecernos temprano en la vida, y sobre cómo eso no siempre es para todas las personas.”

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“En las bodas, me siento muy incómoda con el lanzamiento del ramo y por lo mismo casi siempre se me puede encontrar al final del grupo con mi copa en la mano, porque no soy una de esas mujeres que luchará por atraparlo.”

“Me aferro a mi personalidad fuerte, independiente, emprendedora y ruda. Y ser soltera ciertamente va con ella. Pero debo admitirlo. A veces desearía haber encontrado el amor antes en mi vida.”

“Cuando estaba saliendo de la adolescencia y comenzando a ser una veinteañera, me enamoraba completamente y sin importar nada. Siempre vi mucho potencial para el futuro y los pequeños defectos nunca parecían molestarme, porque eso eran: pequeños defectos.”

“Entregaba mi corazón con una rapidez impresionante. Había un nivel de emoción y esperanza que no tiene comparación con lo que siento ahora cuando comienzo a salir con alguien.”

“Todo era un torrente de hormonas y emoción, y no me preocupaba el futuro. Nunca imaginé cómo vería mis toallas bordadas un hombre o que un tipo me engañaría como lo hizo mi ex novio.”

“Era joven y estaba enamorada y lo único que importaba era el momento. Estos días, cuando voy a primeras citas, citas a ciegas y cuando tengo romances pasajeros, desearía que el tener citas fuera tan fácil ahora como lo fue entonces.”

“Hoy en día me lleno de dudas cuando llega el momento de entregar mi corazón, ya que he aprendido cómo se siente que te lo rompan para luego tener que recoger los pedazos rotos del suelo, limpiarlos e intentar unirlos nuevamente.”

“Después de años de tener citas, me he percatado de que me aferro a mi corazón con más fuerza que antes porque ahora sé lo difícil que es juntar los pedazos de nuevo.”

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“Sé lo que quieres decirme. Me dirás que cada sendero es distinto y que todas las experiencias vividas nos convierten en quienes somos. Que un día, alguien vendrá y hará que todo haya valido la pena. Yo creo eso –por lo menos algunos días.”

“Pero no puedo evitar imaginar cómo sería el haber evitado la angustia que significa el tener citas hoy. Me encantaría haberme enamorado siendo más joven y haber seguido enamorada a los 20 y nunca haber tenido citas ciegas o haber recibido mensajes de texto indescifrables.”

“Aún tengo la esperanza. Espero que aparezca alguien que me enamore de verdad. Alguien que me ayude a dejar de lado todo el equipaje que llevo sobre mi propia espalda, todas las piedras que he ido recogiendo en el camino.”

“Alguien que me llene.”

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