Con apodos. Decirle “bebé”, “gordis”, “cariño”, o algún otro apodo que creas que es lindo puede ser bastante embarazoso y castrante. Usa alguna variación de su nombre, o bien el apodo que le pusieron sus amigos.

Siendo densa con el teléfono. Recibir mensajes y llamadas de alguien todo el tiempo es una excelente manera de cansarte de alguien bastante rápido, en especial, porque a mucha gente simplemente no le gusta estar pendiente del celular.

Con una mala actitud. Puedes sumar algunos “cool” haciéndote la desaprensiva y la cínica, pero ir demasiado lejos puede hacer que un tipo piense que no eres divertida.

Con demasiadas groserías. Muchos hombres piensan que es horriblemente anti-atractivo que una chica lo haga demasiado. A la mayoría de los varones les atraen las mujeres con clase y madurez, y decir groserías no tiene ninguna de estas dos cualidades.

Coqueteando demasiado con otros. Los varones generalmente no quieren estar con chicas que despliegan sus encantos con todos los hombres que encuentran en su camino.

Necesitándolo. Una relación a veces puede ser como un trabajo. Si él siente como que tiene que estar contigo, tal vez no la pase muy bien que digamos. El quiere sentirse deseado, no necesitado.

Con mala higiene. En general, si quieres atraer a un hombre, lo mejor es estar acicalada. Esto implica tomar una ducha, lavarte la cara, tener las piernas afeitadas, entre otras cosas esenciales.

Haciéndote la difícil. Es bueno tener autoestima y saber lo que vales, pero los varones odian cuando las mujeres juegan este juego. Si te gusta alguien, encuentra las maneras de hacérselo saber.

Usando demasiado maquillaje. No es que tengas que presentarte toda al natural, porque cada una sabe lo que mejor le funciona, pero usar demasiada pintura puede jugarte en contra en tu vida amorosa.

No sonriendo. Señoritas, no sean una Kristen Stewart: sonreír no solo es bueno para tu humor y autoestima, ¡también te hace más atractiva! Los hombres quieren estar con una chica feliz.