Cuando encuentras a esta persona, simplemente sabes que es él o ella la indicada. Es una sensación instantánea de conexión y seguridad. Esta persona encaja tan bien en tu vida que es como si siempre hubiesen sido parte de ella. Es alguien con quien no te imaginas no estar, una persona que tiene la habilidad de amarte o hacerte mucho daño.

Se trata de un amor tan puro y tan fuerte que te consume. Es un estado perpetuo en el que te dices a ti mismo que todo estará bien. Para algunos, esta persona se transformará en un compañero de vida, pero para otros eso no es posible. No todos podemos estar con nuestra alma gemela porque, a veces, estar enamorados no es suficiente.

Dejar ir a tu alma gemela es una de las cosas más difíciles que te puede tocar hacer. Después de todo, dejarlos ir significa que estás ignorando de forma consciente alguien que te hace enormemente feliz. Esta persona puede ser un mejor amigo o una pareja que, hasta ese momento, te conocía mejor que cualquier otra persona.

Al dejarlos ir, también estás aceptando el fracaso y con ello la difícil situación de tener que comenzar desde cero. Aunque puede ser difícil de creer, darse cuenta de que la relación debe terminar y hacerlo es fácil, lo difícil es olvidar.

Olvidar las rutinas y los momentos es complejo. Olvidar cómo pasar un día sin ellos es difícil. Forzar a recordar que la otra persona tiene su vida y que tú tienes la tuya y que ambos continúan existiendo por separado es difícil.

Desde ahora en adelante, sus vidas serán paralelas y no se juntarán. Aceptarlo no es sencillo y esta es la parte más difícil, porque a pesar de este entendimiento, y a pesar de terminar la relación, el amor aun existe. Te deja preguntándote, “¿A dónde se va el amor que has construido cuando la relación se termina?”

Sin importar lo que creas, perder a tu alma gemela logrará despertar tu alma: Te entregará la perspectiva necesaria para aprender qué cosas quieres de tu nueva relación, que cosas aceptarás y que cosas nunca más tolerarás.

Hay muchas lecciones que aprender cuando pierdes a tu alma gemela. Aún más importante es el entendimiento de que un amor total, el tipo de amor que te consume, no es siempre el tipo de amor que necesitas.* Este tipo de amor a veces puede ser perjudicial*, ya que te mantiene cautivo en una relación que puede que no sea lo mejor para ti.

En términos simples, un amor que deba existir, existirá. Sin embargo, la ausencia que sientes luego de la perdida te enseñará mucho sobre ti mismo. Aprenderás a tener un nuevo tipo de independencia y te enseñará a no volver a cometer ciertos errores que cometiste en la relación anterior.

Una vez que hayas aprendido todo lo que puedes, llegarás a un punto en el que tu alma gemela no será nada más que retazos de lo que quedó del amor, con espacio para un nuevo romance. Puede que nunca más vuelvas a tener un amor tan grande como este, pero es seguro que tendrás mejores experiencias. Y aunque el tiempo no cambiará el hecho de que este amor existió, te dará la experiencia para aprender a seguir con tu vida.

A medida que pasa el tiempo, puede que conozcas a alguien con quien intentes crear otra vez este amor perdido, y luego quizás llegue alguien que sea lo opuesto de tu ex. Aunque puede parecer impensable, eventualmente conocerás a alguien que tenga todos los atributos que alguna vez amaste en otra persona, pero este nuevo ser no te dejará sintiéndote vacío.

Esta persona no te hará llorar, te entenderá de maneras que nunca pensaste posibles y apreciará todo lo que eres, todo lo que la relación es y en todo lo que se puede convertir. Esta nueva persona hará lo que la anterior no pudo: Escogerá no herirte.

En vez de eso, escogerá amarte, curarte y mostrarte que al dejar ir a tu alma gemela, preparaste el camino para el amor verdadero.

Fuente: Elitedaily