El ciclo de respuesta sexual básicamente se divide en cuatro etapas. La duración de estas etapas puede variar mucho y también el momento en que inician y terminan. La buena noticia es que si aprendes a reconocerlas, podrás controlarlas mejor, y disfrutar más.

Fase 1: Excitación. Tu corazón empieza a correr más rápido y tu respiración cada vez se vuelve más veloz. Tus músculos empiezan a contraerse y tu vagina se expande, ¡al igual que tus senos!

Fase 2: Estabilización. Te sonrojas y tu cuerpo se siente ligeramente ensanchado, con excepción del clítoris, que se retrae a la mitad de su tamaño. Aquí es cuando te das cuenta de que estás a punto de tener un orgasmo.

Fase 3: Orgasmo. Tu ritmo cardiaco y presión sanguínea aumentan, y alcanzas las 40 respiraciones por minuto. Todos tus músculos (no solo los genitales) se contraen durante 4 a 15 segundos. Tu cuerpo se vuelve rígido y seguramente a estas alturas estás poniendo una cara de placer extremo.

Fase 4: Resolución. Ésta es la principal diferencia entre el orgasmo femenino y masculino, ya que ellos terminan y deben detenerse, pero tú puedes continuar haciendo lo mismo y seguir disfrutando.