La investigación, dirigida por la especialista Michael Spezion y publicada por la Proceedings of the National Academy of Sciences, plantea además que la sensación producida por la caricia se encuentra ligada a un contexto emotivo.

A través del empleo de un escáner de resonancia magnética, los investigadores observaron que parte específica del cerebro interactúa en el momento que se efectúa una caricia: la corteza somatosesorial primaria.

Además, los especialistas descubrieron que, a diferencia de lo que se creía, no existe una ruta separada para procesar el aspecto físico del tacto en la piel, con el emocional.

El estudio abre las puertas para observar de una manera más científica el campo de los sentimientos y placeres humanos.