Atracción física: Según especialistas, ello no se limita sólo al sexo, sino a ese misterio que envuelve los rasgos, el movimiento y el lenguaje de la persona un factor intrigante que no podemos dejar de recrear en nuestros pensamientos.

Generosidad: No necesariamente enfocada en los detalles por compromiso, sino por voluntad. La gente verdaderamente generosa pone atención a lo que el otro necesita, y al llegar a una etapa de pleno conocimiento, ofrecer antes de que el otro pida. El temor a ser juzgados o a que se aprovechen de ellos a veces no limita sus acciones. Perdonan con facilidad y son capaces de ver lo mejor de los demás.

Afinidad: La clave para una relación duradera es la inversión de energía, un esfuerzo que se incremetan cuando aquella persona con la que congeniamos transmite una afinidad natural. Pasar el tiempo que sea necesario sin que desgaste el afecto es sinónimo de esta sensación.

Sentido del humor: Las risas son el catalizador de hechos dramáticos dentro de la relación. Perder el sentido del humor hace que una relación se vuelva tensa. Pero ojo, ello no significa emplear un lenguaje irónico ante situaciones seria, sino aprender de buen ánimo a librar situaciones para encontrar situaciones que beneficien a ambas partes.

Pasión: Aquel sentimiento incandecente resulta de la energía, enfoque e intensidad del compromiso. En el aspecto sentimental es reflejo de interés profundo por el otro. Poder convertir las cosas más ordinarias de la vida en episodios imcomparables, al estar con una persona apasionada, el amor envuele al ser.

Confianza: Tomar riesgos es parte de los sacrificios en la vida, algunos aman estos estilos pues no temen perder porque los retos se convierten en una alternativa latente para ellos. Cumplen sus promesas y no faltan a una palabra suya. Son aquellos desafiantes que se levantan de los fracasos con una actitud renovada, experimentando nuevas experiencias para su aspecto emocional.

TAGS RELACIONADOS