Walter Hugo Ghedin es médico psiquiatra y sexólogo. Escribió un libro del que todos hablan: “Tipos que huyen. Los hombres prometen pero no cumplen. Las mujeres esperan y desesperan”. La primera motivación fue una necesidad de investigar la conquista y el compromiso. El otro estímulo, más específico, fue la queja constante de muchas mujeres que han visto desmoronar sus ilusiones ante la huida del hombre. Desaparecen de un día para el otro: no atienden el teléfono, se borran del chat, no se los encuentra en su casa y los amigos aseguran no saber nada.

El trabajo de campo consistió en preguntar a más de trescientas mujeres (de entre 21 y 55 años) si alguna vez habían sido víctimas de las conductas huidizas de los varones. El resultado fue sorprendente: entre los 21 y los 30 años, al menos dos de cada diez mujeres se habían topado con este tipo de hombres. Y la cifra se elevaba a medida que aumentaba la edad. Las de 35 a 55 eran las más afectadas: de diez, por lo menos cinco habían “caído en la trampa”.

Hay diferencias en la reacción emocional: las jóvenes sienten menos angustia, le restan importancia a lo sucedido, lo toman como una experiencia más. En cambio, las mujeres adultas se angustian con más facilidad y quedan sensibles durante un largo tiempo, con tendencia a reprocharse y a llenarse de culpas.

Muchos hombres mienten y, en el mejor de los casos, no lo hacen con la intención de provocar daño. Es una conducta inconsciente que encubre temores ante el avance de las mujeres. Esta interacción defensiva revela que los varones están atrasados respecto a los cambios que las damas han logrado en los condicionantes esperables para el género.