Cuanto más jóvenes somos más intensamente vivimos el enamoramiento. Nuestras ganas, energías e ilusiones se centran en poder conseguir lo que todo el mundo parece desear más que nada en el mundo: el amor y la compañía de una persona especial.

Seguro que muchas de nosotras hemos soñado con encontrar al hombre de nuestra vida, aquella persona con la que eso de un amor para siempre se convierta en una realidad. Pero la mayoría de las relaciones de pareja ceden al aburrimiento de la rutina y pierden paulatinamente la pasión por la otra persona.

Pero cada vez son más los que reaccionan y deciden dar un giro inesperado a su propia historia. Se niegan a aceptar que el amor ya no es para ellos y reivindican que si esa pasión que sentían antes al ver a la otra persona ya no existe no tiene sentido prolongar algo que no satisface a ninguna de las partes implicadas.

TAGS RELACIONADOS