Los hombres también fingen el orgasmo. Según un estudio reciente de la Universidad de Kansas, el 28% de ellos lo simula, frente al 67% de las mujeres que lo hace.

Un grupo de fisiólogos en Estados Unidos se dieron a la tarea de destapar el engaño femenino y descubrieron que la clave está en los pezones: cuando ella está excitada, sus pezones se endurecen pues se llenan de sangre pero, cuando el cansancio o la desconexión aparecen, la sangre retorna a su lugar y el pezón se arruga.

A los hombres es más fácil descubrirlos en el engaño, pues el hombre eyacula cuando hay orgasmo. “Ellos pueden fingir manifestaciones de placer, pero la eyaculación no”, asegura la sicóloga y terapeuta de familia Martha Elena Osorio.

Cuando la mujer verifica que no hay expulsión de semen, hay una simulación del orgasmo o una patología que hace que ellos lleguen al clímax sin eyaculación.

En ellos, el orgasmo genera contracciones de grupos musculares del perineo, de los testículos y de la musculatura del pene, que deriva en la eyaculación.

Pueden fingir gritos, gemidos o movimientos corporales, pero la prueba reina de que están actuando es que se quitan rápidamente el preservativo para que su pareja no note la ausencia de eyaculación.

También hay hombres que tienen problemas para llegar al orgasmo o sufren retardo orgásmico, y como le cuesta tanto necesita mucho tiempo de estímulo y tanto él como su pareja se cansan, entonces él lo simula.

Fuente: Informe 21