Cuando en una relación se agotan los sentimientos y ya no hay ‘negociación’ que aguante las constantes peleas, es momento, sin duda, de plantearse frente al tema de manera objetiva y ver qué es lo que está pasando.

Lo más seguro es que el resultado sea terminar y es aquí donde surgen los problemas. ¿Cómo lo hago? ¿Qué le digo? ¿Cómo no herir sus sentimientos?

Ante tales dudas, muchas parejas siguen manteniendo la relación por mucho tiempo esperando a que sea el otro quien tome la determinación.

Toma en cuenta estas actitudes masculinas que te pueden hacer pensar en que quizás él ya está aburrido y sólo quiere que lo ‘mandes a volar’.

Claro que no siempre es así y muchos de estos comportamientos se pueden atribuir a un mal momento o una falta de comunicación que tiene solución.

1. Cero curiosidad. Antes se pasaba el día conversándote hasta de las cosas más ridículas, ahora lo invade un silencio total, incluso sospechoso, en el que ni siquiera quieren saber si saliste o no con otro hombre.

2. No escucha. Frente a su silencio repentino, somos nosotras las que insistimos en proponer una conversación y ellos no hacen más que hacerse los sordos o seguir viendo televisión o curioseando en internet, sin prestar atención a nuestra presencia, aunque estemos completamente desnudas.

3. No quiere intimidad. Si un hombre deja de querer tener relaciones sexuales con su pareja o ya no le provoca ningún tipo de ansiedad es porque las cosas están graves. Ahora, si encima tú insistes en tomar la iniciativa y él no quiere darte en el gusto, menos tocarte, es porque seguramente quiere que notes su indiferencia.

4. ¿Afecto?. Si antes él era de los que se acurrucaba a tu lado, te decía palabras tiernas, te llevaba regalos insignificantes o te llamaba para saber cómo estabas y ahora sólo eres tú la que lo hace puede significar que él ya no está interesado en la relación y sólo quiere que te desencantes rápido.

5. Discusiones explosivas. Ya no tiene ni una gota de paciencia, incluso con lo que antes se reía hoy se ha transformado en una verdadera tragedia.

6. Te evita. Si antes él trataba de llegar temprano para compartir lo que quedaba del día aunque sea tirados en la cama, hoy sólo llega cuando está seguro de que estarás durmiendo o muy enojada para hablarle. Además, aunque antes le encantaba dormir hasta tarde, ahora se levanta temprano y sale siempre corriendo porque ‘está apurado’.

8. Enfatizan en lo que odiamos. ¿Te enoja que te digan gorda, que te queda mal una prenda o que dejen la tapa del baño levantada? Pues bien, ellos lo saben y mientras más le dices que te molesta, más lo hacen. Según ellos, ‘sin querer’.