Las consecuencias pueden ser terribles para la mujer, desde perder la propia identidad para poner atención a los problemas o defectos de la pareja, que muchas veces, terminan por asimilar y adoptar. La actitud del hombre problemático, inmaduro o desubicado los hallan sin darse cuenta. El instinto de protección o el deseo de sentirse imprescindible, hacen que muchas veces mantenga el control de la relación, creando el síndrome de la mujer abnegada, un peligro a causa de ese instinto maternal, solidaridad y muchas veces, necesidad de amor.

Si padeces de este problema, es tiempo de ordenar tus pensamientos en torno a las relaciones afectivas a través de sencillos ejercicios de afirmación:

- Di NO a algo que no te guste en absoluto o a la propuesta de una persona que suele abusar de tu confianza pidiéndote constantemente favores, pues ello se convertirá en una costumbre que definitivamente no te gustaría mantener. Si no te sientes capaz de ello, replantea otras soluciones como: No soy capaz de decir no por me cuesta decir no y todavía me cuesta decir no, para finalmente decir simplemente No. La primera vez puede proponerse para acciones pequeñas, y luego alpicarlas a temas relevantes.

-*Engríete y ponte en una actitud* “egoísta”, pero ello de manera prudente, para así brindar una lección ante el abuso de confianza.

- Ponte una iniciativa: Date un gusto sólo para ti sin pensar en nadie más o los problemas que te quieran imponer por ello.