Hay personas que aman sentir cómo la adrenalina corre por todo su cuerpo al momento de tener relaciones sexuales, viviendo así una especie de catarsis, rompiendo con cualquier tipo de atadura, pero cuidado, pues no todos los sitios son seguros para vivir una experiencia sexual.

El sofá. Quizá la sala sea uno de los sitios más comunes en donde las parejas mantienen relaciones sexuales, aunque en realidad los sillones no siempre son el lugar más cómodo, pues por sus dimensiones podría resultar algo incómoda la experiencia y además, no descartes la posibilidad de que haya una rotura o que se salga algún resorte.

Las escaleras. Hay quienes podrían pensar que tener sexo en las escaleras resulta ser una experiencia novedosa y placentera; sin embargo, si lo piensas bien, podrías poner en riesgo tu integridad, pues cabe la posibilidad de sufrir un grave accidente: rodando por ellas o golpeándote en la cabeza.

El automóvil. Para muchos puede ser el sitio ideal para vivir una grata experiencia sexual llena de adrenalina, aunque no olvides tomar tus precauciones, tales como apagar el motor y poner el freno de mano, lo cual podría resultar incómodo para tus planes.

La ducha. Tener sexo en la ducha, además de que rompe con la rutina, resulta benéfico para el organismo, ya que el agua relaja las tensiones, lo que hace que las parejas disfruten mucho más de ese momento, además de que hay un aumento en la circulación sanguínea. Sólo toma tus precauciones, pues podrías sufrir un grave accidente, al resbalar.

Una silla. Hay quienes prefieren tener relaciones sexuales sobre esta pieza del mobiliario de la casa, pues encuentran que esta experiencia es sumamente placentera. Claro está que también el hacerlo ahí tiene sus riesgos, pues podrías sufrir lesiones y raspones en espalda y cadera.

La mesa. La mesa, por su forma, bien puede ser vista como el sustituto ideal de la cama, aunque también tiene sus peligros, ya que las patas podrían quebrarse o bien, ante tanto movimiento, podría terminar volteándose.

El clóset. Seguro que el hecho de estar encerrado en un pequeño espacio oscuro con tu pareja podría aumentar tu estímulo sexual, aunque quizá no sea el lugar más cómodo para tener relaciones sexuales. Además, podrías sufrir una serie de altercados como abrirse las puertas, que la ropa te caiga encima, romper los estantes e incluso, voltear el mueble por completo.