Quizá el factor predominante a la hora de analizar los celos, es la naturaleza monógama de las personas, aquel modelo afectivo-sexual de carácter exclusivo entre dos personas que nos han enseñado siempre, y que, según estudios, comienza a pasar a segundo plano. Tras investigaciones realizadas en Nueva York, existen evidencias biológicas y antropológicas de que el ser humano tiende a cambiar de pareja producto de su naturaleza, incluso a ser capaz de mantener varios acompañantes sexuales.

Sin embargo, otro estudio realizado en una publicación de la revista Nature, explica que la monogamia también se encuentra dentro de una cuestión química, desarrollando una investigación en ratones de pantano, que eran promiscuos, tendieron a la monogamia al inyectarles un virus que hacía despertar al gen encargado de codificar la vasopresina, una proteína ligada al comportamiento monógamo de los roedores.

En la actualidad, la mitad de los matrimonios terminan en divorcio, y más aún las etapas de duración, van hasta los 4 años. La monogamia se convierte en un acto secuencial, es decir, que se intenta buscarla, mas no con la misma persona durante toda la vida. Los celos, se convierten en la principal causa. Para algunos especialistas la nueva forma de buscar la monogamia se denomina “poliamoría” un término que pretende referir a “muchos amores”, practicando el afecto con más de una persona.

Los celos se convierten en una realidad irrefutable y cuestionada por varias parejas, su buen manejo depende de que ello se convierta en un acto de lucha o quiebre de la relación. Dentro del ámbito afectivo, existen algunas personas que nos generan celos sin saber el por qué, incluso sin desatar motivos para ello. Aunque se atribuya que las mujeres mantenemos un sexto sentido, en realidad hay razones más científicas para ello. Según refiere un estudio, los hombres sienten celos de otros hombres que son potencialmente más sociables que ellos, mientras que las mujeres se ven amenazadas por este tema, hacia mujeres físicamente más atractivas. Esto producto a que las mujeres deben asegurar que el hombre provea de protección, por lo que inclinan a la búsqueda de hombres que demuestren vigor, mientras que ellos buscan mejorar “la especie”, hallando mujeres físicamente más agraciadas.