1. Miradas que gritan: “¡Te como!”

La clave se encuentra en los ojos. Una mujer que sabe manejar el repertorio de miradas que técnicamente se llaman “copulatorias”, tiene el juego ganado. Se trata de comunicar interés, gusto, provocación, y rematar con ese sugestivo entrecerrar que hacemos, cuando nos ponen frente a un platillo deli. La psicóloga Monica Moore dice que cuando una chica revela sus intenciones posando sus ojos en el otro, éste se siente tan halagado, que simplemente no puede resistirse.

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2. Caderas inquietas

En un nivel inconsciente para un hombre, un trasero contoneándose revela disposición sexual. Esto detona la aparición de impulsos primarios que, literalmente, ¡sacan su instinto animal y lo hacen ir tras la presa! Balancear la cadera al caminar indica que estamos receptivas al sexo y también nos ayuda a aparentar que tenemos ¡lo que a veces no poseemos!

3. Boobs bien plantadas

Aunque creemos que ellos se decantan por las copas descomunales, ¡sorpresa!, no es en realidad su tamaño lo que define nuestro poder erótico. La clave está en que nuestras boobs luzcan redondas, simétricas y turgentes. Aunque no tengan un volumen de nervios, lo importante es que se noten. El neuroquímico Larry Young afirma que los hombres se sienten atraídos por los senos porque los asocian con las sensaciones de bienestar de cuando eran amamantados.

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4. Te lo digo sin palabras

Marilyn Monroe era la experta y su graduación la hizo cantando el icónico Happy Birthday, Mr. President. Aquí, el juego es saber expresar con el cuerpo sensualidad, deseo, placer y todos los atributos relacionados con el erotismo. Recuerda que 94% de la comunicación ¡es no verbal! Así que a dominar los top de este rubro: sonreír, autoacariciarse, moverse con languidez, exponer el cuello, jugar con el pelo e inclinarse en dirección del galán.

5. Frágil y delicada

Sí, eres una chica segura de ti misma, fuerte e independiente. Pero aunque para algunos hombres todo esto puede ser un gran afrodisiaco, nunca hay que subestimar una dosis adecuada de fragilidad y delicadeza en el tema del sex appeal. Esto funciona maravillosamente porque se traduce en feminidad, y no olvides que por regla universal, los polos opuestos se atraen.

Fuente: Cosmopolitan