Entre la excitación y la adrenalina que se vive durante el sexo, pueden ocurrir muchas cosas; entre ellas momentos que recordarás con gran placer. Sin embargo, también puedes vivir situaciones un tanto vergonzosas que en el momento te harán sonrojarte, pero que con el tiempo serán anécdotas chistosas.

Ser encontrados en pleno acto. Ya sea en la casa de los suegros o en la tuya, que un policía les toque la ventanilla del coche, o tal vez tus hijos abran la puerta de tu habitación.

Romper algún objeto. Es vergonzoso que cuando estás dando lo mejor de ti, y estás a punto de llegar al clímax, de repente todo se venga a bajo porque la cama no aguantó y se rompió, o puede ser la silla, un sillón o hasta la puerta del baño o una ventana.

Ruidos extraños. Durante los encuentros sexuales nada se planea. Puede ocurrir que debido al esfuerzo o al bombeo que se genera con la penetración que se te pueda salir una flatulencia. No es agradable, pero tampoco tienes que flagelarte por ello.

Atorarte con accesorios. Debido a que las mujeres se ponen muy coquetas para sus chicos, hay veces en las que sus accesorios como collares, aretes, pulseras y hasta el cierre de su pantalón o falda puede quedar atorado en el cabello o en el vello púbico.