Es justamente por esto que hoy te contamos cuáles son las clases de amigas que no podemos dejar de tener en la adultez.

La parrandera. Se trata de esa clase de amiga que nos acompañará en cada una de las noches de juerga. Es perfecta para sacarte de la rutina, porque en general aparece con propuestas de lo más inesperadas. De naturaleza divertida, impulsiva y a veces algo infantil, pasar un rato con esta amiga revitaliza a cualquiera.

La profesional. Esta clase de amiga es aquella que te ayuda con tu carrera. Siempre está dispuesta a escuchar y comentar sobre tus progresos, además de aconsejarte y te apoyarte. Es de esas amigas a las que recurres a la hora de planear el futuro y la primera que se entera cuando te han dado un ascenso o has ganado un nuevo cliente.

La amiga para salir de a cuatro. Es esa amiga cuyo novio, pareja o marido se lleva de maravillas con el tuyo. Se trata de esa amistad a la recurres cada vez que quieres compartir en sociedad algún momento.

La amiga del alma. Se trata de esa amiga a la que puedes recurrir en cualquier momento y ante cualquier situación. Es esa amiga a la que de verdad le importas y que siempre está disponible para escucharte. Es ella la amiga que conoce ese lado tuyo que nadie más sabe que existe, es la que te conoce en la intimidad. Es una de las pocas personas que permanece a lo largo del tiempo y del espacio sin importar que vivan en coordenadas geográficas diferentes.

La ‘del presente’. Es esa amiga que te topas por ahí, sin estar buscando nada. Suele conocérsela en lugares poco usuales para hacer amigos como un a parada de colectivo o la cola del supermercado. Es esa persona que está latente hasta que aparece alguna actividad en común como ir al gimnasio y a partir de ese momento no dejan de hacer todo juntas.

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