Durante la pubertad y adolescencia, muchas empezamos a vivir la aparición del primer ciclo menstrual y no a todos nos sucede lo mismo pues a algunas les genera diversas afecciones en su vida personal y social. La irregularidad en él tiene un diagnóstico médico y es el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP) y no es algo que debas dejar pasar sin darle la importancia debida.

Integra varias características pero la principal es la alteración menstrual, es decir, retraso del periodo por más allá de 40 días, incluso por tres o seis meses hasta casi un año.

Un ciclo de adecuado tendría las particularidades de ser cada 25 a 35 días, con dos a siete días de sangrado, de entre cuatro a cinco toallas por día o no mayor a 80 mililitros en la copa menstrual durante todo el periodo.

“Si no tiene estas características, eso sería un dato para acudir al médico (…) Toda mujer que empiece con su regla hasta que presente la menopausia puede manifestar este síndrome”, debido a que “es completamente aleatorio”, explicó a Efe Zarela Chinolla Arellano, especialista en ginecobstetricia del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

A los períodos menstruales irregulares se suma la elevación de andrógenos (hormonas sexuales masculinas que en bajas cantidades son normales en mujeres): aumento de vello, tendencia a la obesidad principalmente en el abdomen y acné aun en la etapa adulta.

Otra manifestación del Síndrome de Ovario Poliquístico es el exceso de folículos o quistes en los ovarios, cuya presencia es normal en los primeros días del ciclo para que uno de ellos crezca, genere la ovulación y después desaparezca o sea fecundado.

Sin embargo, en las pacientes de SOP “son tantos (folículos) que ninguno crece, no permite la ovulación, por lo tanto tienen problemas para embarazarse o para tener ciclos menstruales regulares”, indicó la ginecobstetra.

¿Cómo debe ser el tratamiento?

El tratamiento para el Síndrome de Ovario Poliquístico varía según el caso de cada mujer y es vital acudir a un especialista para tener un buen diagnóstico y estar en revisiones constantes.

En algunas mujeres es suficiente con mantener una rutina específica de dieta y ejercicio, en tanto que, otros casos requieren de un tratamiento hormonal, debido a que el síndrome lo desencadena la elevación, transitoria o permanente, de andrógenos.

“Si una paciente con el síndrome tiene la fortuna de encontrar el embarazo pero nunca se atendió, aumenta el riesgo de enfermedades hipertensivas, abortos espontáneos y diabetes gestacional”, advirtió la especialista.