En algún momento de la vida se presenta esta situación en la cual las mujeres sienten una inmensa molestia por una especie de cortadura, grieta o fisura que se presenta en su área vaginal, y puede aparecer en diversas zonas.
Una herida de este tipo es una rotura que se produce por la abrasión, calor y roce en la piel de la vagina pues es un área muy sensible, además que si el flujo vaginal es muy abundante, tiende a empeorar la situación, porque además del ardor, habrá un poco de sangrado o incluso ser más abundante de lo normal.
A veces pueden ser internas, entre los labios vaginales o pueden ser externas, cercanas a las nalgas y que son muy difíciles de aguantar cuando se roza con la ropa interior.
Como tiende a ser un problema común, las mujeres dejan el problema de lado y no prestan atención porque creen que así como se presenta, también fácilmente se cura.
Pero la realidad es que si no se presta atención, puede llegar a convertirse en una grave infección, entonces lo mejor es siempre tener un control con un ginecólogo y saber si las fisuras se presentan por algo más que se pueda padecer, ya sean hongos, exceso de flujo, orina, infecciones urinarias, el material de la ropa interior o hasta el jabón con el que se lava la ropa.
La idea es que con este tipo de revisiones se manejen métodos preventivos para que el dolor y la molestia no regresen.
¿Por qué se presenta?
La baja producción de estrógenos puede ser una de las causas y al no haber un equilibrio, lo que sucede es que las bacterias que comúnmente habitan en esta zona, se descompensan y generan infecciones acompañadas de rasquiña, mal olor y sangrado. Comúnmente estas bacterias son las que protegen la vagina y ayudan a mantener la mucosa húmeda, entonces pueden llamarse “bacterias benéficas” que al ser descompensadas, empiezan a dar apoyo a las bacterias no tan buenas.
Una segunda causa son las infecciones vaginales que se dan por acción de los hongos o de las bacterias que se pueden adquirir por el ambiente, ya sea en baños públicos, una piscina o por medio de las relaciones sexuales. En esta parte, el tratamiento es con medicamentos que duran de tres a siete días.
La última razón y una de las más comunes es la aparición de grietas por las relaciones sexuales ya que no hay una lubricación correcta, lo que hace que la piel se rasgue y el dolor sea muy grande.