Aunque estamos acostumbradas a refirnos a este problema como irritación vaginal o picor en la vagina, en realidad el picor se produce en la vulva. Si es muy intenso, puede llegar a provocarnos lesiones en los labios mayores, por lo que tenemos que tener cuidado y poner remedio en cuanto empecemos a notar un ligero picor en la vagina.

1. Depilación

Si te acabas de depilar las ingles o la zona que rodea la vagina, tanto con maquinilla, crema depilatoria o cera, puede ser que ese picor vaginal sea como consecuencia de ello ya que la depilación puede irritar la piel (estas áreas son muy sensibles) y si es verano, la irritación puede empeorar con la arena, la sal o el cloro. Además, los folículos pueden infectarse como consecuencia de la depilación provocando granitos, enrojecimiento y picores.

Para evitar el picor vaginal tras la depilación, pide en tu farmacia una pomada que calme la irritación y evita depilarte en unos 15 o 20 días. Si te depilas con cuchilla, la siguiente vez que lo hagas procura usar una cuchilla nueva. Sin embargo, si optas por la crema depilatoria, utiliza una especial para pieles sensibles y si lo haces con cera aplica una loción calmante nada más depilarte.

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2. Sexo apasionado

Si has tenido mucho sexo apasionado en los últimos días y las caricias y la fricción ha sido muy intensa tu zona genital se puede haber visto sensibilizada. Aunque en el momento no hayas sentido daño esto puede derivar en un escozor y picor vaginal muy molesto.

Para solucionarlo este picor vaginal, lo primero es descartar que la irritación no se deba a una alergia al látex (si es que has utilizado preservativo). Para ello, acude a tu ginecólogo. Si no es el caso, puedes utiliza una pomada que tenga efecto calmante e hidratante durante una semana y mientras se mantenga la irritación evita la penetración, haz que tu pareja centre sus caricias en otra parte de tu cuerpo. Pasado el picor vaginal, procura practicar sexo con lubricante.

3. Flujo vaginal blanquecino

Si tienes un flujo blanquecino, espeso y con un olor extraño y, además, un fuerte picor vaginal, lo más normal es que se trate de una infección por hongos, no demasiado peligrosa pero sí muy molesta.

Para acabar con los hongos y el picor vaginal que provocan debes acudir a tu ginecólogo para que te confirme si se trata de una infección de este tipo y te recete el tratamiento de enfermedad adecuado. Hasta que no se curen, evita las relaciones sexuales sin preservativo ya que son bastante contagiosos y una vez curada, mantén una estricta higiene en la zona afectada y sécala a conciencia (los hongos suelen crecer en zonas del cuerpo calientes y húmedas).

Si ésta tampoco es la causa de tu picor vaginal, sigue leyendo.

4. Flujo vaginal amarillento o verdoso

Si tu flujo vaginal se ha vuelto amarrillento o verdoso, hay picor y mal olor, puedes haberte infectado con tricomonas, una Enfermedad de Transmisión Sexual. Se trata de unos parásitos que que penetran en la vagina a través del semen de tu pareja.

En este caso, debes acudir al ginecólogo para que te de el tratamiento de la Enfermedad de Transmisión Sexual y no te preocupes porque se cura fácilmente con unos antibióticos.

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5. Bultitos rojos

Si tienes bultitos rojos que al principio pican y después duelen es posible que se trate de un brote de herpes genital, una de las Enfermedades de Transmisión Sexual más extendidas. Normalmente no conlleva secuelas serias pero en algunos casos se puede desarrollar la enfermedad de forma crónica.

El herpes genital se contagia a través del contacto con la piel de otra persona infectada. Puede tardar un tiempo en dar la cara y extenderse a otras partes del cuerpo por lo que cuando se tiene un brote de herpes genital es muy importante no mantener relaciones sexuales.

Si lo tratas correctamente nada más notar los síntomas, es posible que el herpes genital no vuelva a molestarte. Sin embargo, si no se trata de la forma adecuada, puede dañar la zona vaginal y evolucionar hacia lesiones cancerígenas en el cuello del útero.

Si tampoco tienes estos síntomas, es casi seguro que tengas una infección genital. Lo primero ante esto es no caer en el pánico. Es normal que tengas un poco de miedo pero recuerda que la mayoría de estas infecciones tienen cura y las que no, pueden controlarse con con los cuidados y tratamientos de enfermedad adecuados. Acude a tu ginecólogo, no le ocultes información y sigue a rajatabla todo lo que te indique.