Mientras para la mayoría Beth era una joven hermosa y cargada de confianza ella se enfrentaba a una dura lucha contra la anorexia y la bulimia que hicieron que su peso se situara por debajo de los 40 kilogramos hasta llevarla a la muerte.

Según los médicos, el corazón de la joven se fue debilitando por causa de su enfermedad hasta que se paró mientras ella dormía.

El padre de Beth, Clive, explica que “ella perdió su autoestima. Decía que estaba gorda, pero era tan hermosa, no se dio cuenta de lo hermosa que era.”

Su madre, Cathy, lamenta que no fueron capaces de convencerla para que buscara ayuda profesional, “vi morir a mi hija poco a poco”.

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