La diferencia en la eficacia de los métodos anticonceptivos a la hora de prevenir un embarazo no deseado son notables, pues es necesario reconocer aquellos que podrán combatir las enfermedades de transmisión sexual.

La Abstinencia periódica: Esta técnica se basa en evitar el coito en los días donde la mujer es fértil. Ya sea por el método del calendario, Billings (método del moco cervical), entre otros. Lo claro es que sea cual sea la forma empleada, el calcular nunca es completamente efectivo. Incluso en mujeres cuya menstruación es regular, el ciclo puede adelantarse o retrasarse por distintos factores como estrés o alimentación, convirtiéndolo en un método improbable.

Coito interrumpido: Conocido como el “método de marcha atrás”, consiste en retirar el pene de la vagina antes de que se produzca la eyaculación, técnica altamente ineficaz, pues no solo el tiempo, sino que además, el líquido pre seminal también contiene espermatozoides.

Mela: El denominado método de la lactancia-amenorrea, es decir, mantener relaciones durante los primeros meses posteriores al parto sin utilizar ningún otro tipo de anticonceptivo. De todos los empleados, puede tener mayores posibilidades de éxito, pero únicamente si la mujer se encuentra en la etapa de lactancia, debido a que el cuerpo de la madre produce hormonas que bloquean la menstruación en este periodo.

Espermicidas: Sustancias encargadas de destruir los espermatozoides en la vagina, pueden presentarse como óvulos vaginales, cremas o esponjas vaginales. No obstante su eficacia es cuestionable, pues pueden quedar espermatozoides resistentes al tratamiento, de la misma manera sucede con los lavados vaginales, que ni mucho menos, consiguen eliminar el semen completamente.