A sus 42 años, la actriz se despreocupa de aquellos que la cuestionan por presuntamente someterse a tratamientos para alisar las arrugas, señalando que sí recurrió alguna vez a aquellas técnicas que hoy considera de “ridículas”.

“La gente cree que dependo del bótox, pero no es así. No digo que no lo haya probado, pero creo que es una pendiente resbaladiza. Todas esas técnicas de cosmética me hacen sentir ridícula”, confesó Aniston.

La actriz es consciente de que tampoco puede dejar de lado el cuidado de la piel, y básicamente cuando esta se expone al sol; esto tras darse cuenta de que su aspecto está cambiado con la edad. “Mi piel está comenzando a sufrir algunos cambios, han aparecido esas pequeñas manchas producto del sol. Por eso he empezado a evitar las manchas y a ponerme bronceador cada vez que puedo. Cuando voy a la playa uso el protector, contó la recientemente catalogada “Mujer Más Sexy de la Historia” a la revista InStyle.