El Instituto Max Planck (EE.UU), demostró algo que ya se insinuaba: basta con solo ver un suculento potaje para poder estimular la voracidad, según señala el sitio web muyinteresante.es.

Al apreciar la imagen de una comida, puede llevar a aumentar la concentración sanguínea de la hormona grelina, también conocida como la hormona del hambre, responsable de la sensación de apetito.

“La permanente presencia de comida apetecible en los medios (anuncios de televisión, prensa, blogs, etc), puede estar contribuyendo al aumento de peso en occidente”, señalaron los autores del estudio.* Existe un riesgo al percibir imágenes de comidas,* pues pueden llevarnos a consumir alimentos que nuestro cuerpo realmente no necesita para mantener sus niveles de energía.

“Debemos ser conscientes de que cuando vemos imágenes de comida, los procesos físicos que controlan nuestra percepción del apetito son estimulados involuntariamente”, afirma Petra Schüssler, coautora del trabajo. Desde ahora será necesaria la mejor atención a los anuncios que nos ofrecen suculentos productos que no perjudiquen nuestra buena salud.