La realidad es que quien no desayuna se está engañando: se come sus propias proteínas, se auto devora. La consecuencia es la pérdida de los músculos y colágeno.

Lo peor ocurre cuando llega la tarde justo antes de quedarnos totalmente sin azúcar. El cerebro antes de perder los ahorros de energía decide provocar intensos ataques de hambre y aumento del apetito.

Esto hará que sintamos deseos por consumir alimentos dulces y sin poder evitarlo, las personas empiezan a comer con ansiedad todo lo que encuentran a su paso, lo cual les generará un aumento de peso.

Lo ideal es que las personas desayunen antes de que hayan pasado una hora desde que se levantaron. Con esta sencilla, pero efectiva práctica, su metabolismo mejorará y se sentirán más satisfechos y con más energía para emprender su jornada laboral.

Falta de desayuno en mujeres

El hecho de brincarse el desayuno por no tener tiempo o por creer que así se podrá bajar de peso, genera las siguientes reacciones en el organismo femenino:

Aumento de la grasa en el abdomen

Cansancio y dolores musculares

Caída de cabello de raíz grasosa

Aparición de más vellos y acné

Abortos en el primer trimestre e infertilidad

Ansiedad por comer carbohidratos

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