No en vano se trata la primera comida del día y, para muchos, la más importante. Su misión, tal como indica la propia palabra, es romper el ayuno nocturno, pero ¿qué debemos comer? ¿Cuánta cantidad? ¿En qué momento?

Tradicionalmente los nutricionistas han insistido en la importancia de tomar un buen desayuno, rico en vitaminas y carbohidratos, que nos permita afrontar con fuerza la jornada, pero en la actualidad hay especialistas que aseguran que desayunamos más de lo que deberíamos y demasiado pronto.

Las discrepancias científicas sobre cómo debe ser la primera comida del día también se centran en qué debemos comer.

Como siempre en estos casos, todo depende del metabolismo de cada cual, las intolerancias que suframos y la importancia que demos a nuestra figura, pero sólo alcanzaremos nuestro desayuno ideal sabiendo bien lo que comemos, y apostando por los alimentos más saludables.

1. Yogur

El yogur es una gran fuente de calcio y proteínas que, además, puede servir como sustitutivo de la leche para aquellas personas que tienen problemas para digerir la lactosa, ya que en el proceso de elaboración del yogur ésta desaparece casi por completo. Aunque tiene más grasa, el yogur griego es una buena alternativa, pues contiene hasta el doble de proteínas que la versión convencional.

2. Huevos

En 2009 un estudio de la Universidad de Surrey afirmaba que la mayoría de la gente puede comer tantos huevos como lo desee sin temer efectos dañinos en la salud. Es cierto que el huevo contiene mucho colesterol pero también posee su propio antídoto, la lecitina, una grasa que favorece el control del colesterol evitando que se adhiera a las paredes arteriales y desplazándolo hacia los lugares donde se metaboliza.

3. Avena

La avena es uno de los cereales más saludables y es una buena alternativa a las variedades comerciales, muchas de las cuales tienen demasiado azúcar. La avena contiene beta-glucano, un tipo de fibra que ayuda a reducir el colesterol si se consume a diario. La avena además es rica en ácidos grasos omega-3, ácido fólico y potasio.

Plátanos

Si eres un fanático del plátano no hay mejor momento para consumirlo que el desayuno, ya que se trata de una de las frutas más calóricas, que no conviene tomar de noche. En el desayuno, por el contrario, es perfecto y puede emplearse como sustitutivo del azúcar en los cereales o el yogur. Se trata de un alimento rico en fibra, en forma de almidón resistente, y es recomendable para las personas con problemas de tensión pues contiene potasio, una sustancia que ayuda a mantener bajas las pulsaciones.

Café

El café ha sido desde hace siglos el acompañamiento obligatorio de nuestros desayunos. Recientemente se han publicado varios estudios a favor y en contra de su consumo, y los efectos de la cafeína sobre nuestro cuerpo siguen siendo discutidos. La realidad es que el café puede tener efectos tanto positivos como negativos en sus consumidores, en función de los problemas de cada uno.

6. Melón y sandía

En cuanto llega el verano el melón y la sandía deberían formar parte de todos nuestros desayunos. Son frutas con muy pocas calorías en proporción a su aporte nutritivo y mucha agua, lo que ayuda a hidratarnos correctamente.

7. Germen de trigo y linaza

El germen de trigo y la linaza son dos complementos dietéticos que pueden añadirse a cualquier comida, ofreciendo un aporte extra muy recomendable en determinadas dietas. El germen de trigo constituye la parte viva del grano que contiene todo lo necesario para el crecimiento de la futura planta.

8. Fresas, frambuesas y arándanos

Tanto las fresas, como las frambuesas y los arándanos son bajas en calorías y tienen las mayores concentraciones de antocianinas, un pigmento natural responsable de su color rojo característico, que funciona como un potente antioxidante. En los últimos años se han realizado numerosos estudios sobre los beneficios del pigmento, que pasa directamente al torrente sanguíneo y tiene importante efectos antiinflamatorios, antidiabéticos, antitumorales, y mejora la agudeza visual y el comportamiento cognitivo.

9. Té

Las propiedades del té han sido resaltadas en infinidad de estudios científicos. Se trata de una buena alternativa al café para aquellas personas a las que les sienta peor la cafeína y es una poderosa fuente de antioxidantes.

10. Zumo de naranja

El zumo de naranja es uno de los complementos más populares de un buen desayuno, pero no siempre se consume correctamente. Para empezar, muchas de las propiedades del zumo recién exprimido se pierden en sus variedades comerciales. Entre éstas, no obstante, hay muchas diferencias. Como norma hay que huir del néctar y mirar bien el contenido en azúcar del zumo que compramos.