Café. El café es uno de esos estimulantes que aceleran tu tasa metabólica. Por la mañana, no sólo aumenta tu actividad, también tu energía y poder de concentración. Eso sí, siempre sin pasarse.

Come varias veces al día. Comer varias veces al día, pero en pequeñas cantidades acelera el metabolismo porque tu cuerpo está siempre activo, funcionando y ¡no se duerme!

Bebe agua. El cuerpo necesita agua para quemar calorías. Si bebes poca agua, tu metabolismo se hace más lento por miedo a la deshidratación. Ya sabes que el mejor truco de belleza es beber dos litros de agua al día.

Té verde. El té verde tiene una función similar a la del café: aumenta la tasa metabólica aunque durante menos tiempo. Hay quién dice que si bebes varias tazas al día, el consumo de calorías será mucho mayor en tu cuerpo que habitualmente.

Constancia. Acelerar tu metabolismo no es cuestión de un día. Si quieres que estas estrategias funcionen deberás mantenerlas durante un tiempo y esperar a ver resultados. Además, deberás crear unos hábitos de vida saludables y unas costumbres entre las que también se encuentre hacer ejercicio, unos horarios de comida y determinadas cantidades.

Dormir. El metabolismo está activo durante todo el día, incluso cuando duermes, quemas calorías. Antes de dormir, toma algo aunque sea un vaso de leche para que tu metabolismo se mantenga en marcha y sea aún más rápido.