A la izquierda se aprecia a una jovencísima Scarlett en 1998. La actriz tenía una nariz pomposa y un poco ancha, a diferencia de la imagen derecha, realizada en el 2009, donde se le aprecia una nariz más delgada y con una punta fina, dando claros indicios de una operación.

Se dice que por periodo de una década, el rostro puede tener diferentes cambios. No obstante, las narices nunca se achican, sino que crecen a lo largo del tiempo, por lo que se aprecian en la actriz una gran diferencia presuntamente por una rinoplastia.

La opinión ahora es del público. ¿Scarlett Johansson pasó por el bisturí o luce más que nunca una imagen natural?