Kardashian ha decidido desquitarse y acaparar todo el protagonismo, que cedió por unos días a su chico, convirtiendo la alfombra roja en el mejor escenario para lucirse.

Kim ha viajado junto a su Kanye West hasta Cannes para apoyar al rapero en el estreno de su nueva película, Cruel Summer.

Ella definitivamente lució deslumbrante con un ajustado vestido de Balmain totalmente bordado en tonos metálicos, que combinó con unos desacertados botines negros.