A Kim no le importa publicar imágenes suyas con la cara lavada, e incluso, con una mascarilla puesta. Eso sí, la gracia está en compartir otra imagen con el resultado final.

Las mascarillas siempre han sido la perdición de esta celebrity. En esta ocasión ha querido ser de las primeras en probar un nuevo tratamiento de control de brillos de la mano de la prestigiosa maquilladora Mary Phillips, una de las profesionales con las que siempre trabaja.

Aunque al principio Kardashian no sabía muy bien qué le iba a deparar la mascarilla, el resultado posterior mereció la pena. La famosa subió este particular antes y después, para evidenciar el ritual que sigue antes de sus apariciones.

Sin embargo, y pese a lo que pueda parecer, esta joven no es una adicta al maquillaje sino que lo considera “un accesorio más”.