Cuando Irina no tiene que asistir a ninguna fiesta de gala o a algún acto de promoción sus look siempre son sencillos y cómodos. Los pitillos negros y los shorts son dos de sus prendas fetiche y los más utilizados en sus looks más casuales. La modelo sabe potenciar su estilo con algún bolso de marca como un Chanel o un Birkin de Hermès.

Si de un acto de promoción se trata, la modelo deja atrás la comidad y la sencillez para lucir en estrechos minivestidos que reselten al máximo su cuerpo. Los vestidos de la firma Herve Leger son unos de sus favoritos ya que le permiten lucir escote y piernas en general como ningún otro.

Cuando Irina Skayk acude a fiestas de gala no le gusta dejar mucho a la imaginación y en sus vestidos nunca falta un gran abertura hasta la cintura, un generoso escote o incluso una combinación de ambos.

En los premios Marie Claire 2011, en lo que Irina fue galardonada como celebridad del año, eligió un exuberante vestido en color champagne al que no le falta de nada para ser el centro de atención, con un prominente escote, abertura en la falda.

Podríamos decir que Irina Shayk consigue separar a la perfección su vida pública de su vida privada, cosa que se refleja en el antagonismo de sus elecciones para el día y para los actos de gala, contraponiendo la comodidad y sencillez del día con la exuberancia de sus apariciones públicas.