El caso de la pequeña Britney Campbell, publicado por el diario sensacionalista The Sun, de Gran Bretaña, generó en todo Europa una corriente de indignación: a pesar de que tiene sólo 8 años, su mamá la somete cada tres meses a una terapia de botox.

Lo que más controversia ha generado es el argumento con que la madre, Kerry, justifica su decisión: “Es por su bien y para garantizar su futuro”, explicó en una nota periodística.

La mujer, cosmetóloga, tiene 34 años y es fanática de los concursos de belleza. Tiene la obsesión de que su hija triunfe en el mundo del espectáculo y no dudó en soltar esa respuesta cuando le preguntaron por qué lo hacía. “Todas las madres deberían hacer lo mismo”, agregó.

Britney, que vive en la ciudad de Birmingham, se somete cada tres meses a inyecciones de botox en la frente y alrededor de los ojos y de los labios. Además, tiene cada dos meses sesiones de depilación con cera para evitar el crecimiento de pelo en el futuro.

Según explicó al periódico inglés la madre, “al principio la niña se quejaba de que era doloroso, pero ahora está encantada”. La niña, en la misma nota, acotó: “Cada noche compruebo si me han salido más arrugas y si veo alguna quiero más inyecciones”.

Y respecto a su depilación preventiva, agregó: “Cuando voy a nadar o hago gimnasia me siento como una supermodelo. Aunque pronto querré un aumento de pecho y una operación de nariz. ¡Solo así seré una estrella!”, comentó Britney, fanática de Lady Gaga y de los tatuajes.

Su mamá fue más allá: “Lo que estoy haciendo por ella, porque le va a ayudar a ser una estrella. Sé que un día va a ser modelo, actriz o cantante, y hacer estos tratamientos de belleza ahora va a asegurar que se mantenga fresca y con cara de bebé”.

Su comportamiento ha generado una ola de críticas en el Reino Unido y la petición de que no se permita que la pequeña se someta a este tipo de tratamientos tan joven.